Las constituciones y reglas de hermandades, institutos, congregaciones y órdenes se convierten en valiosas fuentes de información para conocer el pasado, en el caso que nos ocupa, de una profesión, la Enfermería. Suelen recoger datos sobre la finalidad de la Institución, su organización, aspectos relativos a la administración, empleos o cargos de sus miembros, entre otros aspectos.
La primera edición de las Constituciones y Regla de la Mínima Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres, más conocida como Congregación de enfermeros obregones, lleva fecha de 1634, conociéndose una segunda en ese mismo siglo, concretamente en el año 1689. Ambas ediciones se hicieron en Madrid, ciudad en donde tenía su Casa Central esta Congregación. Ya el propio fundador, Bernardino de Obregón, antes de morir, hecho que ocurrió el 6 de agosto de 1599, dejó manuscritas si no todas, sí la mayor parte de estas Constituciones y Regla, como informa Francisco Herrera y Maldonado, uno de sus biógrafos, en su obra publicada en el año 1634 titulada
Libro de la Vida y Marauillosas virtudes del Sieruo de Dios Bernardino de Obregón, Padre y Fundador de la Congregación de los Enfermeros Pobres y Autor de muchas obras pías de Madrid, y otras partes (Imprenta del Reyno. Madrid, 1634, f. 167):
"Llegó pues el año de 1594, y viendo el Hermano Bernardino quanto se aumentaua cada día su instituto, y que muchas personas le pedían el hábito de su Congregación, y de muchíssimas ciudades [...], comunicó desde Lixboa con Su Magestad [Felipe II] estos intentos [...]. Assintió el Rey Católico a cosa tan justificada y ansí mandó al Hermano Bernardino escriuiesse Estatutos y Reglas por donde aquella comunidad se gouernasse, para que en Roma hiziesse su Embaxador la diligencia necessaria".
Primera edición de las Constituciones y Regla
de la Congregación de enfermeros obregones
(Madrid, 1634)
Estas Constituciones y Regla, pues, las comienza a redactar Bernardino de Obregón en el Hospital Real de Todos los Santos de Lisboa y las concluye en el Monasterio de Nuestra Señora de la Luz, perteneciente a la Orden de Cristo, ubicado a unos cinco kilómetros de la capital portuguesa, lugar donde se había retirado el Fundador por recomendación de Felipe II.
Las Constituciones y Regla se estructuran en siete tratados y 39 capítulos, con una extensión de 93 folios, acompañándole un breve, fechado el 17 de octubre de 1609, sobre la concesión a la Congregación de un símbolo identificativo como era la Cruz morada que portaban los enfermeros obregones en su hábito y que les distinguía de otros institutos religiosos y de gente que vestían el mismo hábito de color pardo.
El primer capítulo del tratado primero recoge la finalidad de la Congregación y que era la de dedicarse al cuidado de los pobres enfermos, como enfermeros que eran, sirviendo en los hospitales (propios y particulares), Ejército, Armada, cárceles y otros lugares. Los restantes capítulos de este tratado recogen los votos que los futuros enfermeros debían prometer (obediencia, castidad, pobreza y hospitalidad), además de las tareas y funciones que llevaban a cabo desde que el paciente ingresaba en el hospital hasta que era dado de alta o moría.
El segundo tratado trata sobre las condiciones y requisitos necesarios para ser admitidos en la Congregación.
El tercero recoge las causas por las que pueden ser despedidos y el modo de hacerlo, según cada caso particular, ya fuese pretendiente, novicio o hermano de cruz.
El cuarto tratado aborda las obligaciones que debían guardar estos enfermeros.
A los distintos oficios y cargos, sus funciones y formas de elección se dedica el tratado quinto, abordándose también las condiciones para llevara cabo la "escritura de concordia" con instituciones privadas (hermandades, cofradías...), detallándose aspectos como los gastos que debían hacer frente, el sustento de los enfermeros (ropa, calzado, etc.), mantenimiento de las enfermerías, entre otros.
El tratado sexto profundiza en los empleos de la Congregación, desde el de más responsabilidad, que era el de Hermano Mayor General, pasando por los de Hermanos Mayores o Superiores de las Comparticiones, Hermanos Mayores de los Hospitales, Enfermeros Mayores, etc.
Por último, el séptimo tratado se dedica al régimen interno de la Congregación, tratando temas como el de la celebración de juntas, normas de convivencia, protectores, por citar algunos.
De todos estos tratados, resulta especialmente interesante para conocer el trabajo desarrollado por los enfermeros el primero, como se ha referido, cuando se aborda el voto de la hospitalidad, detallándose las tareas y funciones que los enfermeros obregones llevaban a cabo diariamente: el aseo de los enfermos, su alimentación, su registro, administración de las medicinas ordenadas por el médico... todo lo cual nos da una visión de la Enfermería practicada a finales del siglo XVI y primeras décadas del XVII.
Más información en:
García Martínez, Antonio C. y otros, "Constituciones y Regla de la Mínima Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres (primera edición, año 1634)". En Híades. Revista de Historia de la Enfermería, n.º 1 y 2.